En casos de emergencia
El 99% de las veces que busco el martillo de emergencia en los colectivos en los que viajo, sólo encuentro un cartelito que dice:
En caso de emergencia rompa el vidrio con el martillo.
Muy bien... el cartel, está. El vidrio, está. ¿Y el martillo? Miro a mi alrededor y lo más parecido a un martillo es la palanca de cambios.
No puedo evitar tener dos pensamientos cada vez que descubro semejante negligencia:
1. ¿Hubo alguna vez un martillo ahí?
2. En el caso afirmativo, ¿Qué misterio encierra la desaparición del pequeño objeto?
Y así empiezo a imaginar diversas escenas en mi cabeza... y, por supuesto, me quiero bajar del micro. Pero, como la paranoia no me va a ganar, miro con cariño a la palanca de cambios--el reemplazo salvador.
Me molesta mucho el dramatismo... pero, generalmente, me resulta difícil evitarlo.
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