lunes, 2 de abril de 2007

Kite


Esta mañana me quedé dormida.


Tenía que venir un alumno a las 10 y, shame on me, me desperté 10:10 hs. Llamé a su casa, temiendo que el chico hubiese venido y yo, reverenda marmota, no haya escuchado que llamaba a la puerta. Así, me atendió la madre del nene, que me dice: "¡Ay! Disculpame... ya va, eh?... es que nos quedamos dormidos"


PHEWWWWWWW Respiré aliviada. "No hay problema... si quiere que venga a las once", le digo fingiendo empatía cuando, en realidad, estaba pensando en tener tiempo de tomarme una chocolatada y abrir los ojos hinchados. "Nah... todo bien, te lo mando ahora" (Ay, esta gente que no entiende indirectas...) "No, no... en serio ¿Sabés qué? Mejor mandámelo a las once, por el feriado, viste" Qué tenía que ver el feriado con la charla, no lo sé. Creo que se me mezcló el sopor y el pensamiento de qué-justo-trabajar-un-feriado.


Acabo de disfrutar de mi chocolatada. Remonté la mañana. Como siempre... sé que, al final, siempre remonto.

2 comentarios:

betty dijo...

y nunca te pasó de tener un alumno con una de esas madres que te dicen cada clase lo que quiere que el chico aprenda, y ella apenas si habla castellano?????

Violeta Lapislazuli dijo...

Por supuesto! Creo que los que más me estresan no son los chicos... si no, sus padres. :S